Cómo evaluar su idea de negocio antes de lanzarse a la piscina

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Las grandes ideas son un gran negocio. Por eso, cualquier emprendedor que se precie siempre anda siempre buscando esa idea que le haga despegar hasta la cima. Así que si le ha golpeado un rayo de inspiración, ¡felicidades! Ha dado el primer paso. Pero como todos los propietarios de pequeñas empresas le dirán, las primeras etapas de cualquier negocio pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Puede ser tentador lanzarse rápidamente a la piscina con el objetivo de anticiparse a cualquier competidor, pero establecer un negocio de éxito requiere estudio, tiempo e inversión financiera. Por este motivo, esta pequeña guía le ayudará a descubrir si tiene una idea de negocio viable en sus manos antes de lanzarse a la piscina. Los pasos que debería seguir son:

 

  • Elaborar un plan de negocio.
  • Evaluar la demanda del mercado.
  • Investigar a sus competidores directos e indirectos.
  • Conocer a sus clientes: ¿quiénes son y qué quieren?

 

1. Elaborar un plan de negocio

 

Es tentador posponer la redacción de su plan de negocio, pero hacerlo le ofrecerá una visión clara sobre diversas cuestiones relacionadas con su idea y cómo de viable es llevarla a cabo. En él, hará una evaluación sobre:

 

  • El cliente potencial de su futuro negocio
  • La creación de su empresa y su infraestructura
  • Sus objetivos, cuánto tardará en conseguirlos y cuánto le costará hacerlo

 

Escribir un plan de negocio desde el principio puede ahorrarle mucho dolor en el futuro. El trabajo de su plan de negocios será guiarle a través de este proceso, alentándole a considerar su idea a fondo y evaluar los riesgos antes de poner toda la carne en el asador.

 

2. Evaluar la demanda del mercado

 

Si te lanzas a la piscina antes de investigar la demanda potencial de tu producto o servicio podría encontrarse con que el mercado aún no está preparado para recibirlo. Tiene una idea comercial interesante, pero ¿hay espacio en el mercado para ella? Hágase tres preguntas:

 

  • ¿Qué problema resolverá su negocio para sus clientes?
  • ¿Cómo están lidiando las personas con este problema en este momento?
  • ¿Ya existe mi producto o servicio? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo será diferente mi empresa o cómo mejoraré lo que ya está disponible?

 

Su idea podría ser nueva, pero lo más probable es que ya exista algo similar. E incluso las ideas de negocios más ingeniosas dependen de la demanda del mercado. La verdadera pregunta es, ¿hay espacio para uno más? De cualquier manera, estas respuestas le ayudarán a descubrir si puede ofrecer una solución única a un problema existente o hacerlo mejor que la competencia.

 

3. Encontrar a sus competidores

 

No importa cuán geniales sean sus ideas de negocio, siempre tendrá algún tipo de competencia antes o después. Por eso, la clave al evaluar su idea de negocio es encontrar a sus competidores, ver lo que están haciendo (o no haciendo) e identificar cómo puede hacerlo mejor que ellos.

 

No pierda de vista a sus competidores directos

 

Los competidores directos son otras compañías que ofrecen exactamente el mismo producto o servicio que usted. Por ejemplo, si abre una pizzería, estará en competencia directa con otras pizzerías de la zona.

 

Y no se olvide de sus competidores indirectos

 

Los competidores indirectos venden diferentes productos o servicios que satisfacen la misma necesidad. Está de camino a casa después de un largo día de trabajo. No quiere molestarse en cocinar y busca una alternativa. Puede llamar a su pizzería favorita y hacer un pedido. Pero tal vez decida detenerse en algún lugar para comer una hamburguesa y patatas fritas. Ambos productos satisfarán su antojo. Si usted es el dueño de la pizzería, la hamburguesería es su competencia indirecta.

 

¿Puede competir su idea de negocio?

 

Una vez que sepa qué hay ahí fuera, considere la probabilidad de que los clientes elijan a su empresa en lugar de las alternativas. ¿Sus planes para competir por los mismos clientes son realistas? ¿Tendrán sus clientes una razón para elegir su negocio? Esta razón se denomina su «punto de venta único» o USP y es lo que le distingue de sus competidores.

Incluso si hay cientos de locales de comida rápida en su área, abrir una nueva pizzería podría ser un plan viable si, por ejemplo, su USP será que usted es la única pizzería vegana en la ciudad.

 

4. Conocer a sus clientes

 

Ahora que ha descubierto una brecha en el mercado para su nueva empresa, es hora de conocer a las personas que le comprarán. ¿Quiénes son sus clientes y qué quieren? ¿Cómo les ayudará a alcanzar sus objetivos? Hacer un poco de investigación de mercado le ayudará a descubrirlo.

Atrás quedaron los días de encuestas puerta a puerta. Ahora es rápido y fácil obtener respuestas de clientes potenciales en línea. Puede usar software gratuitos en línea como Typeform y Google Forms para crear cuestionarios básicos y luego compartirlos en las redes sociales. Si aún prefiere mantener las cosas a la vieja escuela, o si sus clientes potenciales no son expertos en tecnología, ¡siempre puede imprimir sus encuestas y salir a la calle!

Independientemente de cómo comparta su cuestionario, úselo para averiguar qué tipo de personas están interesadas en su producto, qué necesitan y qué posibilidades tienen de convertirse en clientes que pagan. Por lo general, alrededor de 8-10 preguntas son suficientes para obtener información útil, sin aburrir a nadie.

 

  • ¿Qué edad tienen?
  • ¿Dónde viven?
  • ¿Son hombres o mujeres?
  • ¿Qué tipo de trabajo tienen?
  • ¿Compran productos o servicios similares a los suyos? Si es así, ¿cuánto gastan y con qué frecuencia?
  • ¿Cuáles son sus objetivos?
  • ¿Cuáles son sus pasatiempos?
  • ¿Qué marcas les gustan y por qué?

 

Use sus respuestas para crear una imagen de sus clientes potenciales. Entonces podrá considerar su idea de negocio desde su perspectiva y decidir si puede satisfacer sus necesidades.

Seguir estos pasos le ayudará a dar una verdadera forma a su idea de negocio. Al fin y al cabo, todo emprendedor que haya conocido el fracaso sabe que hay ideas que tienen éxito e ideas que no. Y comenzar con buen pie puede marcar la diferencia entre alcanzar lo primero, o lo segundo.