Las ventas de ropa vuelven a crecer ocho años después

Según desvela un informe del Observatorio Sectorial DBK de INFORMA D&B, la facturación por venta al por menor de prendas de vestir en el mercado ibérico se situó en 20.750 millones de euros en 2014, lo que supone un 3,6% más que en el año anterior. La recuperación de la actividad económica y el crecimiento del consumo y las agresivas promociones efectuadas por tiendas y grandes superficies permitieron que las ventas retomaran la tendencia alcista, superando un periodo de siete años de caídas.

El volumen de negocio en España se situó en 17.230 millones de euros en 2014, con un crecimiento del 3,8%. Esta cifra es todavía un 23% más baja que el máximo registrado en 2006, cuando la facturación se aproximó a los 22.500 millones de euros. En el mercado portugués, por su parte, el valor de las ventas aumentó un 2,8%, hasta los 3.520 millones, lejos también del máximo de alrededor de 4.000 millones, en este caso del año 2008.

Las cadenas especializadas contabilizaron unos ingresos de 11.250 millones de euros en 2014, cifra un 5,2% superior a la del año anterior. Así, este tipo de operadores representaron el 54% del mercado total, en un contexto en el que algunas de las cadenas líderes volvieron a expandir sus redes con la apertura de nuevos locales.

Por su parte, la facturación de grandes almacenes, hipermercados y supermercados aumentó un 1,8%, aproximándose a los 4.700 millones de facturación. Los detallistas independientes siguieron también acusando la fuerte rivalidad ejercida por las cadenas especializadas, de forma que sus ingresos crecieron únicamente un 1,7% en 2014. Su participación se redujo hasta el 23% de las ventas totales.

En 2014 operaban en el mercado ibérico 74.400 establecimientos especializados en la venta de productos de confección, los cuales generaban un volumen de empleo de alrededor de 228.000 trabajadores. Tras el notable descenso registrado entre 2006 y 2013, el número de establecimientos registró un ligero crecimiento en 2014, gracias a la apertura de puntos de venta por parte de las principales cadenas, lo que ha permitido compensar el cierre de tiendas independientes y de algunos establecimientos poco rentables de aquellas. Así, en España se contabilizaban alrededor de 60.000 puntos de venta, mientras que en Portugal se identificaban unos 14.400, en ambos casos con un suave incremento respecto al año anterior.