Manual para la supervivencia financiera de las pymes

Aprovechando la celebración del Día Internacional de la Educación Financiera, Datisa, uno de los principales desarrolladores de software de gestión empresarial para pymes en España, ha diseñado un “manual” de supervivencia financiera para pymes.

Dentro de este paquete de imprescindibles para las pequeñas y medianas empresas, la compañía incluye el control de los costes y una gestión óptima de las ventas. Además de señalar las relaciones con los bancos, el control sobre el fraude y la monitorización continua de la salud financiera del negocio, como aspectos clave para sobrevivir a la crisis.

El objetivo de esta iniciativa es ayudar a las pequeñas y medianas empresas a poner en valor aquellos aspectos clave de sus finanzas, que pueden ayudarles a mantener el control sobre su negocio. Pero también, aquellos aspectos que pueden contribuir a revitalizar su actividad, poniendo en valor las áreas y funciones más rentables e identificando aquellas otras en las que la rentabilidad está bajo mínimos.

El “manual” de supervivencia financiera para pymes recoge las siguientes recomendaciones:

Monitorizar la salud financiera: practicar un control exhaustivo del estado de situación del negocio. La información que se obtiene de estos informes aporta la calidad y consistencia del dato, necesaria para la toma de decisiones.
Para garantizar la salud financiera de la pyme deberán establecerse una serie de KPIs, métricas de control orientadas a garantizar los niveles óptimos de liquidez. Estos indicadores también permitirán identificar el momento adecuado para solicitar financiación y ayudarán a definir qué fuentes de financiación pueden ser más recomendables en cada momento.
¿En qué situación económica se encuentra la empresa? ¿Cuánto dinero necesita para el desempeño de su actividad comercial? ¿Es buen momento para invertir? ¿Es hora de buscar financiación?, todos estos interrogantes deberán responderse con datos sólidos: es decir, con cifras precisas que garanticen que la compañía ha realizado una evaluación financiera adecuada.

Equilibrar pérdidas y ganancias: en tiempos de crisis el miedo a las pérdidas es un clásico. En general, en momentos convulsos, las organizaciones apuestan más por evitar las pérdidas que por maximizar los beneficios. Aunque es necesario mantener un férreo control sobre los costes, las pymes deberán ponderar muy bien las ganancias equivalentes a esos costes-inversiones. Tomar decisiones impulsadas por el miedo a las pérdidas condiciona la objetividad y, por lo general, suele conducir al error.

Saldos de caja siempre al día: es importante disponer de la información actualizada. Más aún si hablamos de la liquidez que maneja una organización para su día a día. No es tan complicado. Simplemente hay que tener en cuenta que el efectivo de una pyme se mueve en tres entornos:
– Operaciones: compra-venta y costes operativos.
– Inversiones: compra-venta de activos.
– Financiación: entrada y salida de deuda y capital.

Impulsar la planificación financiera: el objetivo es diseñar una hoja de ruta sobre el dinero de la compañía. Para hacerlo, primero hay que analizar el estado actual de las cuentas y definir los objetivos que se quieren alcanzar. Después, determinar las opciones más adecuadas, teniendo en cuenta aspectos como la inflación, las amortizaciones, los beneficios fiscales, las características de cada alternativa, el perfil de la compañía, el entorno…
Planificar ayuda a tomar decisiones inteligentes y a dirigir las acciones conforme a la consecución de unas metas establecidas, tanto operativas como financieras. Por eso, la planificación debe estar omnipresente en todas las actividades del área financiera, desde la contabilidad, hasta la fiscalidad o los presupuestos.

Para poder poner en práctica todas las recomendaciones incluidas en el “manual” de supervivencia financiera de Datisa, la compañía recomienda el apoyo de un ERP financiero-contable que facilite, automatice y actualice. Un sistema que aporte la información necesaria para tomar decisiones, pero también la agilidad y velocidad que se precisa en un momento en el que la diferenciación pasará por la mejora de los procesos, la eficiencia y la rentabilidad.