MOROSIDAD EMPRESARIAL – Controlar la morosidad es esencial para las pymes

morosidad empresarial. Controlar la morosidad y gestionar todas las tareas derivadas de este proceso tan sensible -impagos, reclamaciones, recuperación de deudas…- es una de las grandes preocupaciones de las pequeñas y medianas empresas. Hacerlo de forma manual, además de dedicar demasiado dinero, implica posibilidades elevadas de cometer errores. Y un error en este tipo de asuntos puede resultar nefasto para el negocio desde el punto de vista económico, pero también de reputación corporativa e identidad de marca.

En este sentido, controlar los cobros que se deben efectuar (en tiempo y forma), realizar exámenes de riesgo o gestionar los impagados con sus reclamaciones correspondientes, es una tarea imprescindible para mantener saneada las cuentas de las pymes. Lo mismo sucede con la necesidad de evitar pagos a acreedores embargados o con la garantía de disponer de toda la documentación en vigencia.

De ahí que administrar y automatizar todas las acciones posibles relacionadas con la gestión de la morosidad empresarial, es una de las tareas más complicadas a las que debe enfrentarse cualquier organización. No sólo por el trabajo que conlleva, sino por la carga emocional que implica.

Isabel Pomar, Directora Comercial y de Marketing de Datisa (https://www.datisa.es/), uno de los principales desarrolladores de software de gestión empresarial para pymes en España, asegura que “reclamar ciertas cantidades de dinero nunca es sencillo, aunque la Ley y la razón te amparen. Recordarle a un cliente que debe abonarte la cuenta, resulta muchas veces embarazoso, sobre todo si no dispones de la información adecuada. Por el contrario, si conoces todos los datos, no sólo del importe a reclamar, sino de las condiciones pactadas, los plazos, o incluso la propia situación del cliente, podrás utilizar unos argumentos u otros en función del caso concreto”.

Por este motivo, utilizar un ERP para gestionar la morosidad empresarial puede ayudar a las pymes, primero a establecer un protocolo para la reclamación de la deuda y segundo a controlar en mejor medida los impagos y los riesgos.